lunes, 27 de noviembre de 2006

Colores


A veces fría a veces cálida, a veces oscilando entre uno y otro estado de ánimo...
Pocas veces me siento en blanco algunas más en negro, casi nunca pienso en gris...
Sigo buscando mi sitio, a través de mis colores, a través de mis sentidos, a través de mis emociones...


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Una noche

Gritos en la noche, miradas enrojecidas. Tu boca y la mía perdidas en un bar. ¿Me quieres? Te pregunté. Sólo me miraste. ¿Me quieres? Volví a preguntarte. Una vez más sólo me miraste. ¿Es que no me quieres? Cambié la pregunta. Tú mantuviste tu respuesta. Cerré los ojos y tú me abrazaste. Susurrando me dijiste: no te quiero pequeña, eres mi ángel.


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jueves, 16 de noviembre de 2006

No sé si sé quien soy….

No sé si sé quien soy….
Aunque a veces crea tenerlo claro,
cuando sonrío o cuando lloro
me perfilo y me percibo,
pero siempre vuelvo a lo mismo.
A no saber ni tener claro
el por qué de mis risas y mis llantos,
cómo me configura todo eso,
si me hace diferente,
si me hace especial.

No sé si sé quien soy…
Porque a veces todo se vuelve negro
y otras veces es blanco
pero nunca es gris.
Y de un extremo al otro mi alma baila
preguntándose quién es y que hace.

No sé si sé quien soy….
Ni siquiera cuando amo,
cuando entrego al otro lo más profundo de mí misma.
Porque no estoy segura de lo que reciben,
si es mío de verdad o es prestado.

No sé si sé quien soy…
Seguiré buscándome por las noches
mientras duermo por el día.


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martes, 14 de noviembre de 2006

Mi reflejo en el espejo

Frente al espejo por fin me encontré…llevaba bastante tiempo tratando de encontrarme y fue allí donde descubrí mi rostro mirándome. Mi reflejo llevaba ya tiempo perdido. Un día despareció sin más, eligió un día para dar un portazo y salir de mi vida.

….Caminaba por la acera y le vi. Sabía que era él, iba caminando delante de mí con su abrigo azul a cuadros, su mochila colgada del hombro izquierdo, como siempre, un gorro en la cabeza y una chica a su lado. Rubia, alta, no sé si era guapa o no, sólo sé que iban de la mano. Mira que el mundo es grande…pues me los tuve que encontrar. Me paré en seco, miré a todos lados, para que nadie viera la traición más que yo, me di media vuelta y me fui a casa. Llamé al trabajo, fingí ronquera, me metí en la cama y comencé a pensar. No recuerdo cuanto tiempo pasó, creo que fueron demasiadas horas en la cama, sin dormir, pensando, pensando, cuando oí las llaves en la puerta, su voz sonó en la habitación y sentí el peso de su cuerpo en la cama.
Me dio un beso en la mejilla que tenía destapada y comenzó el dolor. Me dolió su beso, su posterior caricia, su abrazo tímido sobre la colcha…mi piel parecía que se quemaba a cada leve roce de su piel y me dolía…Me dolió cuando me dijo: “nena, no te preocupes, que yo cuido de ti”. Cuando me tiró un beso desde la puerta y me dijo que me quería.
Entonces mi cuerpo actuó solo, no soportó tanto dolor, se levantó de la cama, se vistió y se marchó, dejando mi alma entre esas cuatro paredes…


Hoy por fin me he vuelto a ver. Ha sido de casualidad, cuando me he levantado para ir a trabajar me he duchado como siempre, sin mirarme al espejo, y he oído como la puerta se cerraba. A salir he leído la nota pegada al espejo: No puedo más, soy un cobarde, me voy, tengo que irme. Entonces ha sido cuando me he vuelto a ver, mis ojos llorosos, mi boca entreabierta, mi nariz, mis orejas, mi pelo, mis manos…Y no me dolía nada, no me dolían esas palabras escritas, ni el olor de su perfume aún flotando en el ambiente, ni el rumor de sus palabras en mi cerebro. Se había ido y yo había vuelto.

Cobarde no fue él, sino yo, que no fui capaz de salir tras mi cuerpo cuando este me abandonó.


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domingo, 12 de noviembre de 2006

...y pasa lo que pasa....

No siempre actuamos como nos gustaría y a veces las cosas se nos van de las manos. No me considero una persona que se enfade (de verdad) muy a menudo, soy más bien de típicos enfados pasajeros que se van tal y como llegan, casi sin que me de cuenta. Pero cuando grito, vacilo, voceo, “bordeo”, chuleo…es porque algo dentro de mí ha dicho… ¡bah! paso de controlar más, vamos a ver que pasa…y claro, pasa lo que pasa, que me reconozco, pero no me gusta lo que oigo, pero aún así la fiera que llevo dentro se encuentra a sus anchas y claro, a ver quien consigue calmarla y callarla y meterla de nuevo en su redil…
Llevo cerca de dos horas en la cama, dando vueltas, y también dándole vueltas (este sí que es un feo defecto) y soy incapaz de dormir, porque sé que lo he hecho mal, que me ha podido mi yo más instintivo y que él no se lo merecía, pero…a veces, casi sin darnos cuenta alguien cruza una línea imaginaria que tenemos en la mente y nos sentimos atacados, agredido, y lo peor, muy ofendidos. Y claro, tenemos que defendernos, sin saber muy bien de qué o porqué.
Cuando me pasa esto, cada vez menos, pero me pasa, después me siento como cuando haces algo feo, muy feo en tu casa, y tu madre te castiga sin salir del cuarto y sin juguetes, y te quedas tumbada en el suelo, mirando al techo y a las paredes, sin saber qué hacer, y sabiendo que lo único que puede arreglar el desaguisado es un lo siento, que nunca llega a tiempo y que es la palabra más fea y difícil de pronunciar. Difícil porque se sabe que no se arregla nada, y fea, porque antes deberíamos pensar (aunque hable en plural me refiero única y exclusivamente a mí, y solo a mí) en no hacer aquello de lo que después vayamos a arrepentirnos, aunque sea un arrebato, aunque nos hayan tocado la fibra, aunque tengas la sensación de que vas a explotar…hay que hacer ver al resto, en especial a aquellos que nos rodean, que no somos animales, que somos capaces de controlaros.
¡Qué bien suena todo esto! Me encanta como queda escrito, creo que he elegido las palabras adecuadas, el tono acertado, las formas verbales correctas…pero que complicado es ponerlo en práctica, que dura es la realidad cuando alzamos la vista del papel y vemos cómo las cosas se han estropeado, aunque esta no es la palabra adecuada, más bien diría ennegrecido. Es duro pasar una noche en vela, sentada delante de un ordenador porque sabes que aunque creías haber actuado bien, no es así, que hay formas y formas y que no debes justificar el mal tono con nada, puesto que no es justificable.
Estoy desahogada, la verdad, pero no creo que reconciliar el sueño sea tan fácil como escribir unas líneas, porque en esta ocasión escribirlas no ha sido más que volcar mi corazón sobre el teclado y dejar que él solito escriba. Veremos que me depara el sueño…y el día de mañana.

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jueves, 2 de noviembre de 2006

¿Quién?

¿Quién me está soñando?
¿Quién sueña mi vida?
¿Quién sueña mis deseos?
¿Quién sueña mis batallas vencidas?
¿Quién sueña todas mis derrotas?
¿Quién sueña mi amor?
¿Quién sueña mis alegrías?
¿Quién sueña mis lágrimas?
¿Quién mis sonrisas?

Espero que mi Rey Rojo seas tú....que sólo tú me sueñes.....
(Inspirado en el libro de L. Carrol A través del espejo)

miércoles, 1 de noviembre de 2006

Cuando tus ojos me miran...

El mundo se para cuando tus ojos me miran, y entonces todo adquiere un único color: el verde profundo de tu mirada. Y es que cuando te siento cerca parece que no hay nada más.
Existe siempre un momento en el que sólo estamos tú y yo y no hay nadie ni nada a nuestro alrededor, como si estuviéramos flotando en el cielo, ingrávidos, suspendidos únicamente de nuestros cuerpos.
Y después esa ingravidez se rompe, y entonces tenemos que descender de nuevo a la realidad que nos rodea. Y es ahí cuando te miro y estoy segura de que podría hacerlo horas y horas, mirando tus ojos y leyendo todo lo que me dicen sin palabras, entendiendo todo lo que sientes sin que abras la boca.

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